26 abril 2025

Humo, café y letras

Historias con nicotina

Sé que no es una buena manera de arrancar un proyecto, pero tengo que confesarles que soy el rey de la procrastinación. Aunque, a algunos, esta afirmación les pueda parecer un tanto cínica, era necesaria para comunicarme con honestidad. Por suerte, se también que al otro lado de la pantalla hay un mar de procrastinadores como yo —os saludo desde ahora— que no serán tan severos al momento de juzgarme. No lo digo por disculparme con mi colaborador —P. Alhazred que ha estado presionándome estas últimas semanas—, sino por afirmar mi libérrima condición vivencial. Las más de las veces, preferiré una buena puesta de sol en compañía de los seres que amo, trepar una montaña o alguna aventura bajo las sábanas… ¿por qué no?, a sentarme frente al ordenador a llenar cuartillas. No entiendan por ello que no amo este oficio, lo que quiero decirles es: que no deberíamos esclavizarnos al soterrado dogma que la academia repite sin cesar: «Tienes que dejar de vivir para escribir “bien”».

¿Por qué el título?

Humo, café y letras. Tras esta fórmula no hay más misterio que una nostalgia inveterada: La romántica imagen de una fogata, un buen café, un cigarrillo y las mejores historias que he escuchado en mi vida. Imaginaos esto: los rostros de seres gratos iluminados por la lumbre, la voz de un tertuliano expandiéndose al compás de los grillos y la fantasía de los presentes elevándose en la noche como fuegos artificiales… ¿Acaso existe algo más hermoso? Puede que sí, pero relativo a contar historias, creo que nada lo supera.

La nota en cursivas tiene otras intenciones. Cuando consultamos con Eva, mi compañera —por probar cómo le vendría al público la frasecilla—, nos recriminó: «¿! Cómo pueden hacer apología de la nicotina en una época como esta¡?» No les niego que una opinión tan franca nos dejó tambaleantes. Pero luego de someterla a los más estrictos análisis semánticos (A la crítica le recomendamos que no se tomen tan a pecho), descubrimos que es más lo que aporta al sentido de esta página, que lo que le resta. Ahora que la sociedad ha emprendido una campaña pro salud en contra del cigarrillo, y por extensión, en contra de las substancias que entran en su categoría: no es políticamente correcto cerrar filas en su bando. Seguro que muchos habrán oído la frase: «Contra hebra» … ¡ese es el verdadero sentido! Ni mi coliga ni yo fumamos por ahora, pero quién sabe qué podríamos fumar este fin de semana. Quedan anticipados.

Os invitamos a todos: fumadores y no fumadores. Por suerte, el único humo que puede afectarles a través de la red es el humo de nuestras historias; esperamos que pronto el humo de las vuestras se sume a esta maravillosa fogata de letras. Ya les comunicaremos el cómo.

Saludos.

Ulises Díaz.

Entre ella y yo

P. Alhazred Angélica posee una estampa espectacular. Su figura y sus medidas la ubican en el prototipo de modelo casi perfecta. Piel morena,...